Los efectos secundarios de las pandemias sanitarias en la historia alcanzan a todas las aristas de la sociedad: avances científicos y tecnológicos, cambios sociales como la caída del feudalismo, el aumento de mujeres en el trabajo, el fin de guerras y el establecimiento de nuevos sistemas de vida.

En el 2019 el mundo ya se encontraba en un proceso de cambio con respecto a la adopción de tecnología en los procesos de negocios, en camino hacia la implementación de la transformación digital y el COVID 19 ha provocado una profunda aceleración en este proceso.

La práctica de la distancia social implica profundos cambios en la forma de trabajar, hoy los procesos de todas las empresas en todos los mercados se ven obligados a sufrir una modificación en la cual la disponibilidad, capacidad de adaptación y aplicación de las tecnologías es clave para la supervivencia en el mercado.

Esto provoca un alto impacto en las organizaciones, tanto para las que pueden haber estado preparadas para el cambio implementando ciertas medidas, como para las que no imaginaron en ningún momento que su modelo de trabajo estaba por cambiar drásticamente.

Aquellas que ya han formado equipos que lideren el proceso de cambio para aprovechar las tecnologías existentes, han capacitado a su equipo en el uso de estas tecnologías y han invertido para establecer protocolos de seguridad para el manejo de datos serán las que tengan mayor flexibilidad para adaptarse a la aceleración de la instauración de la transformación digital en sus organizaciones.

Sin embargo, aquellas que no lo hicieron aún tienen oportunidad de sumarse a esta tendencia que les permitirá coordinar y gestionar trabajos a distancia. Es crucial formar un equipo capaz de implementar a distancia los procesos de cambio en las organizaciones y asesorarse con un equipo capacitado para seleccionar las tecnologías que mejor se adaptan a los procesos y necesidades de la organización.

La ansiedad en el proceso de implementación, sobre todo en el contexto actual, es normal y debe ser abordado de la manera correcta.

Hoy día los cursos de formación online permiten a los trabajadores aprender el uso de sistemas para el trabajo a distancia, y el equipo de implementación deberá entregar varias horas al apoyo en el aprendizaje de los usuarios finales, con lo cual ayudarán a controlar los niveles de ansiedad de los trabajadores.

En el trabajo a distancia, destinar tiempo a la coordinación es clave, muchas veces se pueden perder algunos aspectos de la comunicación presencial, por lo que las empresas no deben dudar en invertir más tiempo de lo que normalmente invertían para llevar a la organización a una dinámica de trabajo remoto.

El tiempo invertido irá disminuyendo a medida que jefaturas y ejecutores se amolden a la nueva forma de comunicación y trabajo. Enfocarse en establecer objetivos claros y medibles también es una práctica que facilita la gestión del trabajo remoto, y elimina la necesidad de monitorear segundo a segundo la ejecución del trabajo, fortaleciendo la confianza entre empleados y empleadores.

Sin duda, luego de esta pandemia las organizaciones habrán madurado en el uso del internet de las cosas y la automatización de procesos, poniendo a prueba el supuesto de que es necesario tener un lugar físico para maximizar la productividad en la gestión del trabajo.